Además del personal sanitario que trabaja en el hospital Zatti y en los centros de salud barriales (CAPS), personas voluntarias participan en todo el proceso de identificación de los pacientes a quienes se aplica la vacuna en su domicilio.
Cuando algún familiar inscribe al paciente, el voluntario o voluntaria hace la llamada, toma nota de la situación y la persona se agrega a la lista de atención domiciliaria.
"Con la indicación médica, la orientación del voluntario y en función de lo que se está administrando en ese momento a la población en general, se determina una lista para aplicar la vacuna en los domicilios, ya sea en áreas urbanas céntricas, barriales o rurales. Esto se hace habiendo evaluado la situación de la familia y del paciente", explicó Belinda Pérez, una de las coordinadoras del programa de vacunación COVID.
Desde el Hospital explicaron que en ocasiones son los familiares quienes inscriben a las personas imposibilitadas de movilizarse o con alguna patología de salud mental; y otras, son los agentes sanitarios quienes tienen referenciados a vecinos en esta situación. También se llega a este grupo a través de diferentes instituciones como los geriátricos u organizaciones conformadas en torno a patologías o discapacidades.
Pérez indicó que “en la campaña de vacunación a domicilio sale un agente sanitario, un enfermero, a veces sumamos una administrativa (para resolver todo lo relacionado a las planillas) y un chofer” y agregó que “por lo general, se evalúa si hay situaciones para organizar la vacunación domiciliaria cuando se establecen las jornadas de vacunación al resto de la población, sobre todo cuando hay vacunas de los laboratorios que ofrecen multidosis, porque también de esta manera se optimiza el uso”.