La experiencia demuestra que los tratamientos con mayor evidencia de efectividad no se limitan al espacio clínico ambulatorio, sino que se ubican allí donde lo prevalente es el seguimiento e inclusión en dispositivos intermedios, lugares donde las personas fortalecen los procesos de resocialización, autonomía y construcción de proyectos de vida.
“De poco sirve la atención solamente en consultorio si no se acompaña con talleres, empresas sociales, casas de convivencia, prácticas artísticas, culturales y laborales que favorezcan la inclusión social plena”, destacó Darío Cabrera, integrande de la Coordinación de Salud Mental Comunitaria y Consumos Problemáticos del Ministerio de Salud de la provincia de Río Negro.
“Este modelo de trabajo es posible gracias a la labor de los equipos interdisciplinarios de salud mental comunitaria, donde conviven diversas disciplinas ampliando así las miradas y modos de cuidado”, agregó.
Cada Hospital Área Programa de la provincia, tiene un Servicio de Salud Mental Comunitaria, conformado por un equipo interdisciplinario y diferentes dispositivos intermedios.
En total funcionan 22 dispositivos dependientes de los servicios de salud mental. Las disciplinas que intervienen son Psicología, Trabajo Social, Psiquiatría, Operadores en Salud Mental, Psicopedagogía, Enfermería
Río Negro ocupa un lugar central en la historia de la salud mental de nuestro país, habiendo sido pionera en la construcción de un modelo comunitario y de derechos humanos.
“El año que viene, la Ley Provincial de Salud Mental cumplirá 35 años, reafirmando un camino sostenido en el tiempo que ha inspirado debates y transformaciones en toda la Argentina”, recordó Cabrera.
En esta fecha, la Coordinación Provincial de Salud Mental Comunitaria y Consumos Problemáticos renueva su compromiso de seguir consolidando un sistema de salud mental que ponga en el centro a las personas, sus vínculos y su derecho a la inclusión social, convencida de que la salud mental se construye en comunidad.