Las mordeduras pueden transmitir una variedad de enfermedades, aparte de la rabia, como el tétanos y otras infecciones bacterianas que pueden llevar a sepsis.
¿QUÉ HACER ANTE LA MORDEDURA DE UN ANIMAL?
Lavar la herida con abundante agua y jabón, no colocar alcohol, ni desinfectante.
Concurrir rápidamente a un centro de la salud para ser atendidos por un médico y se evalué la necesidad de aplicar antibióticos, vacuna antitética, y tratamiento antirrábico específico.
Observación antirrábica del animal mordedor por un profesional veterinario (ley 22953/83). El cuidador del animal o la autoridad sanitaria local son responsables de coordinar esta observación y asegurarse de que se lleve a cabo adecuadamente. La observación implica mantener al animal bajo observación durante un período de 10 días para determinar si muestra signos clínicos de rabia. Este proceso es crucial para evaluar el riesgo de transmisión de la enfermedad y tomar las medidas adecuadas.
ANIMALES SOSPECHOSOS DE RABIA
En el caso de los murciélagos sólo si están rabiosos pueden atacar y morder, podemos sospechar que puede tener rabia cuando no pueden volar, si aparecen durante el día, si están en el piso o superficies lisas, la recomendación es no tocarlo, aislarlo con un recipiente (balde, caja, etc.) evitando su contacto con personas, perros y gatos En la siguiente figura se muestra una forma de poder hacerlo.
Se puede sospechar de rabia en perros o gatos cuando presentan los siguientes síntomas: cambios de comportamiento, agresividad, salivación excesiva, imposibilidad de tragar o beber, pupilas dilatadas, convulsiones, parálisis y muerte.
Si se encuentra con un animal en estas condiciones llamar a la URESA (Unidad de Salud Ambiental) o a Zoonosis Municipal.
El Ministerio de Salud de la Nación define a los Accidentes Potencialmente Rábicos como aquellos producidos en “Toda persona con cualquier tipo de herida (mordedura, rasguño) o lamedura de mucosas o de piel herida, producida por animales con rabia confirmada o animales con sintomatología compatible, por animales silvestres (especialmente murciélagos, zorros, monos, coatíes) o por perros, gatos, hurones domésticos imposibles de observar o no vacunados.” Estos constituyen un problema de salud pública debido a su alta incidencia y consecuencias para la salud humana por varias razones:
Transmisión de enfermedades: Las mordeduras pueden transmitir una variedad de enfermedades, aparte de la rabia, como el tétanos y otras infecciones bacterianas que pueden llevar a sepsis.
Lesiones físicas: Las mordeduras pueden causar desde lesiones menores hasta graves, como laceraciones, fracturas, pérdida de tejido, desgarros musculares y daño a nervios y vasos sanguíneos. Estas lesiones pueden requerir tratamiento médico, cirugía y rehabilitación.
Impacto psicológico: Las mordeduras pueden dejar cicatrices físicas y emocionales en las víctimas, especialmente en niños. Las personas que han sido mordidas pueden experimentar miedo, ansiedad, estrés postraumático y una reducción en la calidad de vida.
Costos económicos: El tratamiento de las mordeduras de perros y gatos implica costos económicos significativos para los individuos, los sistemas de atención médica y las autoridades encargadas del control animal. Además, los días de trabajo perdidos debido a lesiones pueden afectar la productividad económica.
Debido a estos factores, las mordeduras de perros y gatos son consideradas un problema de salud pública que requiere atención tanto a nivel individual como comunitario para prevenir y manejar adecuadamente estas situaciones.